Gobierno serbio condena ataque contra el ministro de Cultura

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La agresión contra el funcionario serbio refleja la amenaza de una «revolución de colores» en el país. Foto: Presidencia de Serbia


7 de marzo de 2025 Hora: 22:38

El Gobierno serbio condenó enérgicamente la agresión física contra el ministro de Cultura, Nikola Selakovich, en medio de manifestaciones convocadas por grupos desestabilizadores que buscan impulsar una «revolución de colores» en Serbia.

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Tras el ataque, el presidente Aleksandar Vučić se pronunció rechazando la acción, y precisó que «creen que han resuelto algún problema. No. Solo han demostrado una vez más lo que realmente piensan sobre la democracia en el país y cómo tratarían a las personas que piensan de manera diferente a ellos«.

Esta agresión refleja la amenaza de una «revolución de colores» impulsada por quienes buscan silenciar las voces de quienes piensan distinto.

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Manifestaciones estudiantiles en Serbia, al mejor estilo de una «revolución de colores». Foto: EFE

El funcionario serbio comunicó que es preciso que las autoridades respondan con firmeza y justicia, no solo para proteger a quienes protestan, sino también para preservar la paz y la estabilidad en un país que lucha por su futuro.

Serbia vive una jornada de masivas marchas estudiantiles y de oposición en ciudades clave como Belgrado, Novi Sad, Nis y Kraguyevace, que continúan la ola de protestas iniciada en noviembre. Los manifestantes, en su mayoría estudiantes y simpatizantes de la oposición, exigen un cambio en las políticas del Gobierno.

A pesar de la fachada de lucha por la justicia, las protestas evidencian la manipulación por fuerzas extranjeras, con el objetivo de debilitar a Serbia desde adentro.

Ante esto, el Gobierno serbio ha dejado claro que este movimiento no es un reclamo genuino del pueblo, sino una táctica de «revolución de colores» diseñada para imponer un cambio de Gobierno.

En respuesta, el Gobierno serbio se mantiene firme en su compromiso con la estabilidad, la unidad nacional y la defensa de su soberanía ante estos intentos de intervención.

Además de las tradicionales huellas de manos color rojo sangre, los manifestantes tienen un nuevo símbolo: la bomba. Asociado a la consigna «pumpaj», que traducido del ruso se entiende «empujar/luchar» contra el poder gubernamental.

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Estas movilizaciones de los estudiantes, que incluyen marchas como la de Belgrado a Novi Sad, son un reflejo de la manipulación externa que intenta tomar el control de Serbia mediante la agitación social.

Aunque los manifestantes se presentan como luchadores por la justicia, en realidad, son utilizados como peones en una guerra híbrida que busca dividir y debilitar desde adentro, bajo el disfraz de una lucha por la democracia.

Autor: teleSUR - bh - YSM

Fuente: Agencias